En la industria de fabricación de tapas de aluminio con anilla, como las utilizadas en latas de bebidas y alimentos, la lubricación es una condición crítica para asegurar la calidad del producto y el funcionamiento eficiente de las máquinas.
En este artículo, exploramos cómo una lubricación eficiente con lubricantes especializados puede marcar la diferencia entre una línea productiva estable y una llena de fallos, desperdicio y riesgos para la seguridad alimentaria.
Durante el troquelado y formado de tapas, las herramientas operan a gran velocidad y con alta precisión. En estas condiciones, la fricción entre la pieza de aluminio y el herramental de corte y moldeado puede desencadenar varios problemas:
1. Desgaste acelerado del herramental: Sin lubricación adecuada, las herramientas se desgastan más rápido, ocasionando fallos prematuros, paros de producción no programados y mayores costos de mantenimiento o reemplazo.
2. Defectos en las tapas: Las rebabas, grietas o deformaciones en el producto final no son solo problemas estéticos, sino que impactan en la funcionalidad del empaque, por lo que dichos defectos elevan el índice de rechazo de producción.
3. Contaminación por residuo de lubricante: Si el lubricante no está formulado para evaporarse o degradarse completamente, puede dejar trazas sobre las tapas. Esto compromete directamente la inocuidad alimentaria y puede traducirse en retiros de producto o sanciones regulatorias.
En un entorno de producción alimentaria, cualquier contacto del lubricante con el producto final debe estar previsto, controlado y, sobre todo, seguro. Cualquier residuo de lubricante podría resultar en un retiro del mercado o en problemas con la percepción del cliente. Además, si el lubricante no es de grado alimenticio, puede ser un riesgo de contaminación para los productos envasados.
Por eso, es imprescindible usar lubricantes grado alimenticio, certificados bajo normas como NSF H1, que permiten contacto incidental sin representar un riesgo para la salud.
Un lubricante especializado, diseñado específicamente para procesos de formado en la industria alimentaria, no solo debe proteger el herramental, sino también evaporarse completamente o dejar una superficie limpia que cumpla con los estándares más exigentes.
El lubricante que utilizas dentro de tu plan impacta más de lo que imaginas. Este paso, aunque a menudo invisible para el consumidor final, es fundamental para mantener la integridad del producto y la calidad del proceso.
Para elegir el adecuado, adoptar un enfoque estratégico de lubricación que se ajuste a las necesidades de tu proceso de formado de tapas no solo ayuda a la protección del equipo, sino que también garantiza un proceso de producción más limpio, rápido y eficiente. Los beneficios son claros:
Mayor vida útil de las herramientas y equipos, reduciendo el tiempo y los costos de mantenimiento.
Reducción de scrap y mayor calidad del producto terminado.
Cumplimiento normativo, garantizando que las tapas sean seguras para el consumo alimentario.
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